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Santiago Liaño emociona a Rota con un pregón cargado de fe, memoria y verdad

Rota vivió una noche profundamente emotiva con la proclamación del LX Pregón de la Semana Santa, protagonizado por Santiago Liaño. El auditorio municipal Alcalde Felipe Benítez fue testigo de un discurso que se alejó del estilo tradicional para convertirse en una confesión sincera, cercana y cargada de simbolismo. La localidad no solo recibió un pregón, sino una crónica vital donde la fe, los recuerdos y el compromiso cristiano caminaron de la mano por las calles del municipio.

Una Rota contada desde la piel y el alma

El pregonero hiló su relato a través de enclaves emblemáticos de Rota, como la Plaza de Andalucía, la calle Veracruz o la Parroquia de Nuestra Señora de la O, deteniéndose en cada uno no solo para recordar lo vivido, sino para reconstruir su propio camino espiritual. Lejos de discursos encorsetados, Liaño compartió con los presentes sus dudas, miedos y anhelos, reafirmando que «la procesión de nuestra vida también necesita de pasos, pausas y plegarias».

Pregón Semana Santa Rota

El eco de una familia cofrade en Rota

Acompañado por su padre, Jesús Liaño, quien ofició como presentador, el acto estuvo repleto de referencias personales y familiares. El padre del pregonero no solo presentó a su hijo, sino que le rindió un homenaje cargado de devoción, destacando los valores que han acompañado a Santiago desde su infancia: el amor por las hermandades, la fe en Dios y el apego a la Virgen de los Dolores.

Un testimonio entre vivencias y versos

El relato del pregonero no se limitó a una estructura cronológica ni a una descripción de procesiones. Fue más bien una peregrinación literaria en la que se alternaron escenas cotidianas, experiencias de voluntariado en la India y momentos de introspección. En su discurso, cada rincón de Rota cobraba una nueva dimensión espiritual: la casa de su abuela en Santo Tomás se convirtió en altar, la calle Calvario en metáfora, y el azulejo de la Caridad, en testimonio eterno de fe.

La Semana Santa de Rota, como espejo de vida

Liaño subrayó que su pregón no era solo una evocación de la Semana Santa, sino una invitación a caminar junto a Dios en la rutina diaria. Su mensaje fue directo, sin artificios, reivindicando el compromiso de las hermandades con la fe católica y advirtiendo de la necesidad de coherencia entre lo que se cree y lo que se proclama. “No hay cofradía sin creencia, ni creencia sin Iglesia”, pronunció con rotundidad.

Versos para una Virgen y lágrimas compartidas

Uno de los momentos más emotivos fue su dedicatoria a la Virgen de los Dolores. Liaño, visiblemente emocionado, describió a la Virgen como faro, consuelo y raíz de su espiritualidad. “Cinco lágrimas que invitan a que seas mi desvelo”, dijo al referirse al rostro de su Virgen, a quien confesó pertenecer “desde pequeño y para siempre”.

Un cierre con esperanza y gratitud desde Rota

El pregón concluyó con una última reflexión sobre la importancia de mantener viva la fe no solo durante la Semana Santa, sino en cada gesto del día a día. Liaño no solo anunció los días santos de Rota, sino que construyó un camino emocional y espiritual al que invitó a todos los asistentes a unirse. El auditorio, sobrecogido, respondió con un sentido ‘Padre Nuestro’ en recuerdo de pregoneros ya fallecidos, como Antonio Letrán y Manuel Liaño.

El LX Pregón de la Semana Santa de Rota no quedará grabado solo por sus palabras, sino por la autenticidad de su mensaje. Un hijo, un nieto, un creyente que recorrió las calles de su pueblo y las de su alma para dejar constancia de una fe vivida, sentida y compartida.

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