Alumnos de Lobillo en Rota protagonizan una actuación inclusiva
El colegio Maestro Eduardo Lobillo de Rota ha vivido este fin de semana un momento inolvidable en su fiesta de fin de curso, gracias a una actuación que apostó de lleno por la inclusión y la igualdad de oportunidades. El patio del centro se llenó de emoción y orgullo cuando el aula específica, junto a los alumnos de 2º C de Primaria, subió al escenario para ofrecer un baile que integraba lengua de signos, pictogramas y, sobre todo, un mensaje claro: todos formamos parte del mismo equipo.
La iniciativa fue impulsada por Nazaret Gutiérrez Real, tutora del aula específica, y Paloma Martín-Arroyo, jefa de estudios y tutora de 2º C, quienes han trabajado durante semanas con sus alumnos para preparar esta coreografía inclusiva. No estuvieron solas en este reto. Contaron con el apoyo de numerosos profesionales del centro y con la colaboración fundamental de Luisa Rubiales Mateos, especialista en lengua de signos (PTIs), que ha sido clave en el proceso de aprendizaje del lenguaje de signos tanto para docentes como para alumnos.
Un mensaje inclusivo desde Rota al resto de la comunidad educativa
El objetivo principal era dar visibilidad al trabajo que desde hace años se realiza en el aula específica del centro, integrando a estos alumnos con el resto de la comunidad escolar de forma efectiva y natural. Y lo consiguieron. Cada gesto, cada pictograma y cada paso del baile demostraban que cuando se apuesta de verdad por la inclusión, los resultados llegan al corazón de todos.
La elección de la canción ‘Feliz’, interpretada por Fanny Lu y parte de la banda sonora de la película El Grinch, no fue casual. Su mensaje, que anima a aceptar las diferencias y valorar a cada persona tal como es, sirvió de hilo conductor para una actuación que puso en pie al público presente.
Lengua de signos, pictogramas y emociones a flor de piel
El valor pedagógico del acto fue incuestionable. Además del trabajo en equipo y la convivencia entre aulas, se promovió el uso de herramientas comunicativas como la lengua de signos y los pictogramas, fundamentales para muchos alumnos con necesidades educativas especiales. Fue una muestra práctica de que la educación inclusiva no es un objetivo lejano, sino una realidad posible si se apuesta por ella desde dentro.
Desde el CEIP Maestro Eduardo Lobillo aseguran que esta actuación ha sido solo una muestra del camino que quieren seguir recorriendo como comunidad educativa. Un camino donde todos, independientemente de sus capacidades, tienen un lugar, una voz y un papel protagonista.