Pruebas de mar del Juan Carlos I previstas en diciembre para su retorno a la Armada
El Juan Carlos I L-61 permanece en la fase final de los trabajos de mantenimiento que Navantia ejecuta en Puerto Real. El proceso comenzó el 17 de julio con la entrada en dique y entra en su tramo decisivo con la puesta a flote prevista para el 10 de noviembre. Tras esta maniobra continuará la agenda técnica antes del periodo de pruebas de mar fijado para la primera mitad de diciembre.
La inmovilización implica una media de 300 operarios y más de 35 empresas. La intervención incluye el reemplazo del sistema de propulsión con la retirada de los pods instalados durante su construcción. Se han desmontado 48 equipos del sistema anterior y se han incorporado 50 equipos asociados a la nueva planta propulsora. La integración ha requerido el tendido de más de 35 kilómetros de cableado y el reconexionado de otros 31 kilómetros existentes.
Los trabajos de varada han abarcado tratamientos de superficie en casco y superestructura, revisión de hélices transversales, estabilizadores, anclas y cadenas, así como la sustitución de ánodos y la actualización de los sistemas de protección catódica e inhibición biológica. También se ha llevado a cabo la revisión de más de 200 válvulas de fondo y la limpieza y pintura de tanques y sentinas.
Los grupos diésel generadores han sido sometidos a una intervención completa destinada a asegurar la energía necesaria para la nueva planta propulsora. El programa de habitabilidad incorpora la renovación de zonas de esparcimiento, aseos, cocinas y cámaras frigoríficas.
El Juan Carlos I tiene 231 metros de eslora y opera como portaaeronaves, buque de asalto y plataforma de mando. Permanece como la unidad de mayor tamaño en servicio en la Armada y mantiene capacidad para acciones de proyección sobre tierra, operaciones de gestión de crisis y despliegues internacionales.
